CAMINEO.INFO.- Es providencial que el domingo antes de la Jornada Mundial de la Juventud sea un domingo donde las lecturas hablan de la universalidad de la fe. Porqué seguramente el ámbito, el acontecimiento, donde sea más fácil captar esta universalidad sea una Jornada Mundial de la Juventud.
He participado en dos Jornadas Mundiales de la Juventud, esta de Madrid será la tercera, y pienso que la experiencia más intensa que recibes es la de sentirse Iglesia:
. Te sientes Iglesia, miembro de ella, donde compartes con los que te rodean la fe (tu tesoro), hay algo muy fuerte que nos une... inexplicable.
. Cuando estás allá viendo la multitud de personas, países de origen, continentes, razas, entiendes la universalidad de la Iglesia, descubres la capacidad transformadora de la Iglesia, que toca los corazones de las personas...
. Te sientes cerca de todos, nadie te es ajeno... y te gustaría poder conocer la experiencia de fe de cada una de aquellas personas.
Pienso que todo esto proviene de que nos mueve un mismo espíritu, el Espíritu Santo. Si un grupo de personas son movidas por el Espíritu de Jesús automáticamente muchas barreras desaparecen y se crea una comunión intensa, difícil de explicar.
Dejadme que explique un par de anécdotas que me han pasado en las Jornadas Mundiales de la Juventud:
. Poco antes de llegar a Chestowkova, Polonia, bajamos del autocar para hacer los últimos kilómetros a pie. Durante el camino unas chicas quisieron ir al lavabo, llamamos a una casa muy pobre, pobrísimos, nos hicimos entender, ellos ya habían visto pasar millares y millares de peregrinos, las chicas fueron al lavabo y al marchar y pasar por el comedor nos habían preparado una merienda: galletas maría y unos vasos de leche... En aquella casa tan pobre seguramente nos estaban dando lo poco que tenían, su desayuno del día siguiente. Esto es sentirse Iglesia.
. Recuerdo también el testimonio de un joven vietnamita como nos explicaba a un pequeño grupo lo que el régimen comunista le había hecho a él y su familia: prisión, torturas, robos, interrogatorios, pérdida del trabajo. Acabamos todos llorando. Porqué su drama era nuestro drama, su dolor era nuestro dolor, …
Podría seguir hablando, de muchos testimonios recibidos, a veces de personas que iban conmigo, otros de desconocidos que te abrían el corazón... recuerdo: un irlandés que de ser un holligan pasó a ser sacerdote, o un joven que llevaba en silla de ruedas a su hermano tetrapléjico, nunca he conocido a nadie con tanta paz. Y tantos y tantos otros...
Como veis otra cosa que pasa en las Jornadas Mundiales de la Juventud es que hay muchos frutos, aunque sea un encuentro multitudinario, masivo, ves en ti y en los otros muchos frutos. Uno de los motivos por los cuales hay tantos frutos es porqué mucha gente, laicos/cas, religiosos/as, monjes/as están rezando para que la Jornada Mundial de la Juventud llegue a ser un momento importante en la vida de muchos jóvenes...
Y esta idea nos lleva a enlazar con el evangelio donde la escena de hoy nos habla de la oración de petición...
Pongamos el foco en la mujer cananea y vemos como hoy el evangelio nos la propone como modelo de la plegaria de petición. Dicen que una de las causas más profundas de sufrimiento para un creyente son las plegarias que parecen “no escuchadas”, que parecen sin respuesta. Hoy la actitud de la mujer cananea puede iluminar nuestra vida de plegaria.
Actitudes que vemos en la mujer cananea:
. Se acerca a Jesús con fe.
. Le hace su petición
. Continúa pidiendo a pesar que parece que Jesús no le hace caso.
. Y persevera y persevera en su petición (hasta el punto de que los discípulos se cansan).
. Se prosternó delante de Jesús.
. Dialoga con Él.
La fe en Jesús mueve a esta mujer, una fe fuerte que la lleva a perseverar en su petición.
Tendríamos que aprender a hacer nuestra la plegaria de la cananea: “Señor compadeceos de mí, Señor ayudadme” y perseverar en ella …
Pienso que demasiadas veces queremos vivir nuestro cristianismo con nuestras propias fuerzas y olvidamos que solos nada podemos. Como dice el salmo: “Si el Señor no construye la casa es inútil el afán de los constructores, si el Señor no guarda la ciudad es inútil que vigilen los guardias… “. En el Evangelio de Juan Jesús nos dice: “sin mí nada podéis”. Hemos de aprender a pedir ayuda al Señor, y perseverar en esta petición…
Otro año hablaremos de la actitud de Jesús delante la mujer cananea, sirva de anticipación que Jesús se moría de ganas de ayudarla… Que esta eucaristía nos de la fuerza de perseverar en nuestras plegarias de petición…
