CAMINEO.INFO.- Nueve de Julio/ARGENTINA.- Al presidir la misa del Domingo de Ramos en la catedral Santo Domingo de Guzmán, el obispo de Nueve de Julio, monseñor Martín de Elizalde, explicó que la Semana Santa se abre con la entrada triunfal de Jesucristo, para que “podamos expresar la acogida que hemos de tributar al Hijo de Dios. Recibirlo hoy, no como una simple representación de algo que pasó, sino en el presente de la comunión y de la fidelidad: amor compartido con Jesús y en la Iglesia, con todos los hermanos, en el signo sacramental de la Eucaristía, con los lazos fraternos de la Iglesia, con el fermento del Pan de Vida y la saciedad espiritual del vino convertido en Sangre de Cristo, para desde allí vivir la unidad y lanzarnos a la misión”.
“En fin, saber que nuestro encuentro de hoy con el Salvador que llega, manso y humilde, es para recibirlo siempre, y para siempre, desde ahora hasta la eternidad, para un encuentro que no ha de interrumpirse ni cesar: amor comprometido, en el cual los esfuerzos de este tiempo se convierten en semillas de eternidad, y son anticipo de lo que nos está prometido en la vida del cielo, y se muestran en la fidelidad al Evangelio y en la santidad de la Iglesia”, subrayó.
El prelado también interpeló a la feligresía: “¿Por qué somos tantos hoy aquí en este templo, y en los demás días de la Semana pascual, que son tan significativos como este, no nos reunimos con la misma fidelidad, con el mismo entusiasmo?¿Acaso apreciamos más la ramita de árbol que nos llevamos que la comunión al Cuerpo de Cristo, recordada el Jueves Santo, la adoración de la cruz y el relato evangélico de la Pasión, el Viernes, la manifestación por el fuego, la luz y el agua, de los signos sacramentales que nos dan la vida, en la vigilia pascual?"
“María Santísima, que guardaba en su corazón virginal las palabras y los acontecimientos de la vida de su Hijo, que fue tal vez la única capaz de comprender el significado cabal de la entrada en Jerusalén del Mesías, nos ayude a vivir con profundidad los misterios de estos días, y despierte a nuestras almas para que seamos constantes en la escucha del Verbo y en la aplicación de sus enseñanzas, especialmente en estos días santos de la Pascua”, concluyó.+