CAMINEO.INFO.- Puán/ARGENTINA.- El sábado 16 de abril la Familia Clareana comenzó a celebrar los 800 años de la Consagración de Santa Clara de Asís. En el Monasterio de la ciudad de Puán (provincia de Buenos Aires), la apertura oficial del año jubilar se realizó el domingo 17 por la mañana, con la misa del Domingo de Ramos presidida por el ministro provincial, Fray Carlos Paz, en la que como gesto, las religiosas de esa comunidad renovaron sus votos.
En este marco festivo, los días 16 y 17 de abril tuvo lugar en el monasterio un retiro de jóvenes mujeres para dar a conocer la figura de Santa Clara, y como una de las actividades para comenzar el año Clareano.
Por otra parte, del 21 al 24 de abril habrá un Retiro de Semana Santa abierto a todas las personas que deseen participar. La misa del domingo de Pascua será a las 18.
El jubileo por el VIII Centenario concluirá el 11 de agosto de 2012.
Ocho siglos de historia
“Han transcurrido 800 años de aquella noche en la que Clara de Asís huye de la casa para seguir a Jesucristo pobre y humilde, tras las huellas de Francisco”, expresa un artículo publicado en la revista de esta comunidad religiosa.
El artículo explica que las madres presidentes de las Federaciones del mundo –reunidas por primera vez en un histórico congreso internacional, desarrollado en Asís en 2008- propusieron un camino de preparación de cuatro etapas, centradas en los núcleos principales del carisma clareano. En 2009 el tema de reflexión fue la vocación; en 2010, sobre la contemplación; este año está dedicado a la altísima pobreza y el 2012, a la santa unidad.
El VIII Centenario celebra y recuerda los ocho siglos de historia y las innumerables hermanas que iluminaron la Orden franciscana, la Iglesia y la familia humana con su presencia orante, pobre y fraterna. Es además ocasión para profundizar la vitalidad del carisma clareano que ha acompañado el camino de la Iglesia y de la humanidad. A 800 años del inicio de la vida de Clara en San Damián, su carisma atravesó los siglos y está aún extraordinariamente vivo y fecundo.
La clausura, signo de contradicción
Tras recordar que la vocación de Francisco y Clara consistía en la vida según el Evangelio, es decir, la vida evangélica que se hace ejemplo y espejo, punto de referencia para todos, el artículo advierte: “El vivir en clausura para una humilde y atenta escucha de la Palabra de Dios, en la incansable diakonía de la intercesión por toda la humanidad, es un fecundo signo de contradicción en una época ‘light’, marcada por la inestabilidad, por la pérdida de valores. La vida fraterna en espíritu de pobreza y de minoridad, la unión en la diversidad a partir de la única vocación y del mismo Espíritu, constituye un poderoso signo de contradicción para nuestro tiempo siempre más caracterizado por las migraciones y el miedo a lo diverso, por la dificultad del diálogo y del compartir”.
Por otro lado, “la contemplación del rostro de Dios se vuelve anuncio de su Amor y capacidad de discernimiento de su presencia en lo concreto de la historia. La oración es signo del compartir las esperanzas y las angustias de la humanidad, y se transforma en caridad poniéndonos al lado del hermano que sufre. La fraternidad dice con fuerza que nadie es extranjero, sino que todos somos hijos de Dios que envió a su Hijo a compartir nuestra condición humana. Finalmente la pobreza y la minoridad se transforman en anuncio autorizado de la expropiación como camino de auténtica alegría tras las huellas de Aquel que se hizo pobre para enriquecernos”.