CAMINEO.INFO.- Nueve de Julio/ARGENTINA.- El obispo de Nueve de Julio, monseñor Martín de Elizalde, aseguró que “una manera explícita de mostrar nuestra pertenencia ciudadana, con responsabilidad de creyentes, es la de participar en la celebración de oración por la Patria que se realiza en los templos con ocasión de los aniversarios de Mayo y Julio, así como interesarse en la ejecución de acciones y de políticas para el Bien común”.
El prelado aclaró que “lo primero es ante todo súplica dirigida a Dios, y también reconocimiento de su señorío sobre el mundo, auténtica confesión de fe en aquel que gobierna el universo y aceptación convencida de los principios que recibimos de Él. Lo segundo es al consecuencia, pues Dios nos ha confiado una misión, la de ser colaboradores suyos, para hacer posible la llegada del Bien y de la Justicia”.
Tras precisar que los católicos deben atender al bien común, con solidaridad y justicia, destacó que “en la vida de los pueblos las iniciativas de hombres y mujeres generosos, inspirados por Dios y profundamente imbuidos de humanidad, con amor por sus semejantes, han contribuido a crear sociedades justas y fraternas”.
“Concretamente, nuestra sociedad argentina necesita maestros y líderes. Maestros para trasmitir la verdad y enseñar a practicarla, sin doblez ni engaño, y líderes, conductores y organizadores, que promuevan un orden más solidario y justo. Es preciso educar en el conocimiento y el ejercicio de los valores, por lo que deben ser respetados y fortalecidos en el ámbito de la educación, atendiendo al derecho de los padres a elegir la formación para sus hijos y la facultad de la Iglesia de impartir a sus fieles la enseñanza de la doctrina cristiana”, puntualizó.
Asimismo, indicó que “es más importante y eficaz el ejemplo testimonial que las solas palabras”, puso como ejemplo la figura de la beata Madre Teresa de Calcuta, quien con su mensaje “llegó a todo el mundo, sin instrumentos de poder, sin condescendencia con los sistemas vigentes, y así puso al alcance de los más humildes la posibilidad de mostrar lo que debe ser un mundo renovado, donde se espera el cumplimiento de las mejores y más bellas esperanzas. Todos los cristianos debemos estar preparados y formados para esta misión”.
Por último, monseñor Elizalde aseveró que “todo esto se puede resumir en la expresión "servicio". Jesús vino a servir, sacrificándose por sus hermanos, y nosotros debemos seguir su ejemplo de servicio, haciendo cuanto podemos, sin claudicaciones ni miedos, para que llegue el Reino de la justicia y de la paz, que es lo que deseamos para nuestra Patria”