La tradicional Misa del Campo reunió ayer, domingo 29 de julio, a una numerosa concurrencia en una mañana fresca pero soleada en el predio ferial de Palermo donde se desarrolla la 126ª Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria de la Sociedad Rural Argentina.
Organizó la celebración Misiones Rurales Argentinas, que otorgó este año el premio Ave María a la maestra Sofía Dimoff, de la escuela Nº 746, de Villa Lugones, provincia del Chaco, y a la misionera Anna Meneguzzo, de Tucumán.
Celebró la misa el sacerdote y abogado Christian Cabrini, párroco de Nuestra Señora del Carmen, de San Fernando, diócesis de San Isidro, quien es asesor del grupo misionero Quimey Mapu, que evangeliza en regiones cordilleranas del Chubut.
Antes del oficio religioso, el sacerdote bendijo los frutos de la tierra y los animales, así como las medallas del premio Ave María.
El altar estaba levantado sobre fardos de pasto, ornado con cueros, tejidos de lana de oveja, de llama y de alpaca, choclos, tomates, bananas y otras frutas y verduras, y flanqueado por dos banderas: una, argentina, y la otra, papal. Un cartel colocado arriba del altar llevaba el lema: “Compartamos el pan”.
A uno y otro costado, había varios jinetes a caballo, diez ejemplares premiados de ganado bovino, dos ovejas y tres llamas, y adelante del altar, en jaulas, una gallina y un conejo.
Un crucifijo, con fondo de plata, que representa al Señor del Milagro, y una talla en madera de la Virgen María coronaban el sentido religioso del estrado. El arreglo del altar estuvo a cargo del arquitecto Sebastián Arauz, con la colaboración de María Inés Firpo de Peralta Ramos y sobrinos de Celina Arauz Peralta Ramos de Pirovano, ya fallecida, que durante décadas se encargó de esta ornamentación.
Las ofrendas de la Misa del Campo, que se celebra anualmente desde 1959, fueron llevadas por tres niñas pequeñas y colocadas en dos sillas rústicas formoseñas.
Gracias a Dios por la vida y la fe
El celebrante señaló en su homilía que el Evangelio leído ese día, el de la multiplicación de los panes y los peces, no había sido elegido expresamente porque coincidiera oportunamente con el lema “Compartamos el pan”, sino que era el mismo que se leería ese domingo en todas las iglesias del mundo.
El sacerdote instó a dar gracias a Dios por el don de la vida, por el regalo de nuestra fe, por nuestra tierra, por nuestro país y por sus frutos, por el trabajo, por nuestras familias, “por este día lindo que el Señor nos da”.
Señaló que es Dios, que nos ha bendecido como nación, el que hace milagros, pero desea y espera que cada uno aporte lo suyo -como los apóstoles que aportaron cinco panes y dos peces- para compartir: el pan, la vida, la fe, las ganas de hacer felices a otros.
Carencias materiales y culturales
Antes de la misa, la presidenta de Misiones Rurales Argentinas, María Luisa Zorraquín de Tanoira, expresó en su discurso: “Misiones Rurales Argentinas cumple ya 67 años y nos reunimos hoy como entonces en la tradicional fiesta de la Exposición Rural, junto al hombre y la mujer del campo argentino, para seguir diciendo, sí a la vida, sí al trabajo, que es don de Dios y tarea del hombre. Ese sí a la vida y al trabajo lo realizamos en Misiones Rurales apoyando a maestros y misioneros en sus abnegadas vocaciones”.
La presidenta exhortó a los maestros y misioneros, a quienes llamó constructores del futuro: “Sigan sembrando esperanza, despertando conciencias, enderezando caminos; está Dios que ilumina y alienta, y estamos nosotros, junto a muchos hermanos solidarios, tratando de cumplir su voluntad. Hoy más que nunca, viendo las enormes carencias no solo materiales, sino, peor aún, culturales, de una considerable proporción de la población, ese apoyo es urgente”.
Y concluyó diciendo: “Es nuestro sincero deseo que esta Eucaristía que vamos a celebrar, sea Acción de Gracias por los dones recibidos y fuente de energía para seguir colaborando en el progreso de nuestra querida Patria”.
Además de la tribuna oficial, dos tribunas (aquellas en las que daba el sol) estaban llenas de público, y había gente diseminada en las demás tribunas, aun muy lejos del altar.
Asistieron al oficio ex presidentes de la Sociedad Rural: Horacio Gutiérrez, Guillermo Alchouron, Enrique Crotto y Luciano Miguens, y su actual presidente, Hugo Luis Biolcati, que leyó una epístola.
Una de las premiadas, Anna Meneguzzo, no pudo hacerse presente por la muerte de su padre en Italia, y en su nombre recibió la distinción Estefanía Sarde. Cantó un coro de 60 integrantes, ubicado en una tribuna, bajo la dirección del maestro Héctor Saab, y con la organista Gabriela Aciar. El coro estaba formado por miembros de los coros Pacem in Terris, de la basílica de Nuestra Señora del Pilar y de la basílica de San José de Flores. Todo el público cantó al inicio del acto el Himno Nacional Argentino y siguió con atención, acompañando en el canto, las interpretaciones de distintos cánticos religiosos por ese coro.+