Es conocido el cuento del pastorcillo que disfrutaba gritando ¡Que viene el lobo!, y cómo concluye.
Cada día crece en todo el mundo la amenaza de otros “lobos”, en concreto el lobby gay, que tiene gran influencia en distintos foros internacionales, como la ONU, que recientemente celebró un panel sobre «Ser gay, lesbiana, bisexual y transexual en comunidades religiosas», donde los oradores reemplazaron las enseñanzas cristianas, judías, musulmanas e hindúes sobre la conducta sexual por revisiones que ratifican la homosexualidad. Desde que Sodoma y Gomorra se convirtieron en una «historia sobre violación, no sobre actos homosexuales», hasta insinuar que el mismo Jesucristo mantuvo relaciones con San Juan Apóstol, son cosas que se han podido escuchar por los asistentes.
El lobby, en este caso, hace una teoría sobre las religiones, como la ha hecho sobre la medicina en relación con la homosexualidad. Parece un poco absurdo que lleguen a utilizar argumentos sobre la interpretación de los libros sagrados y se apoyen en la Biblia Judía (entre otras fuentes, incluidas las islámicas), pretendiendo justificar en todos los ámbitos argumentos sobre la sexualidad apoyándose en la "autoridad" de los suyos propios y muy específicos, en materias en las que no son competentes. Al parecer la homosexualidad es la fuente de todos los saberes.
Parece excesivo que los organismos oficiales, den publicidad a una exigua minoría, muy problematizada, frente, nada menos que a "todas" las comunidades religiosas. Habría que establecer un cupo homosexual, según su lógica, hasta en los santuarios del Tíbet. Este lobo quiere invadir todos los nichos ecológicos. Que nadie se asuste ni presione, ni preste altavoces con fondos dignos de mejor destino. Que dejen de gritar : "Que viene el lobby"
