Pienso en los santos de la puerta de al lado en este momento difícil.
¡Son héroes! Médicos, religiosas, sacerdotes, operarios que cumplen con
los deberes para que la sociedad funcione”, afirmó el papa Francisco en
la entrevista con el periodista y escritor británico Austen Ivereigh,
que publica hoy, simultáneamente en The Tablet (Londres) y en Commonweal
(Nueva York). ABC ofrece el texto original en español y La Civiltà
Cattolica en italiano.
¿Cómo vive el Papa la crisis causada por el Covid-19? ¿Y cómo se
está preparando para el después? Francisco respondió a las preguntas de
Ivereigh a distancia, grabando un poco de audio.
El Santo Padre responde cómo está viviendo espiritualmente esta
decisión. “Rezo más, porque creo que debo hacerlo, y pienso en la gente.
Es algo que me preocupa: la gente. Pensar en la gente a mí me unge, me
hace bien, me saca del egoísmo. Por supuesto tengo mis egoísmos: el
martes viene el confesor, o sea que ahí arreglo las otras cosas. Pienso
en mis responsabilidades de ahora y ya para el después. ¿Cuál va a ser
mi servicio como obispo de Roma, como cabeza de la Iglesia en el
después? Este después ya empezó a mostrar que va a ser un después
trágico, un después doloroso, por eso conviene pensar desde ahora”.
Los santos de la puerta de al lado
De este modo, señala que su gran preocupación –la que siente en la
oración- “es cómo acompañar al pueblo de Dios y estar más cercano a él.
Este es el significado de la misa de las siete de la mañana transmitida
en directo, que mucha gente sigue y se siente acompañada; de algunas
intervenciones mías, y del acto del 27 de marzo en la plaza de San
Pedro. Y de un trabajo bastante intenso a través de la Limosnería
Apostólica, de presencia para acompañar las situaciones de hambre y
enfermedad. Estoy viviendo este momento con mucha incertidumbre. Es un
momento de mucha inventiva, de creatividad”.
Francisco destaca en la entrevista la importancia de “los santos de
la puerta de al lado en este momento difícil. ¡Son héroes! Médicos,
religiosas, sacerdotes, operarios que cumplen con los deberes para que
la sociedad funcione. ¡Cuántos médicos y enfermeros han muerto! ¡Cuántos
sacerdotes, cuántas religiosas han muerto! Sirviendo”.
Y por ello, insiste en que “si reconocemos este milagro de los
santos de al lado, de estos hombres y mujeres héroes, si sabemos seguir
estas huellas, este milagro terminará bien, para bien de todos. Dios no
deja las cosas a mitad de camino. Somos nosotros los que las dejamos y
nos vamos. Es un lugar de metanoia (conversión) lo que estamos viviendo,
y es la oportunidad de hacerlo. Hagámonos cargo y sigamos adelante”.
Francisco insiste en que “el pueblo de Dios necesita que el pastor esté
cerca” por lo que considera que “la creatividad del cristiano se tiene
que manifestar en abrir horizontes nuevos, en abrir ventanas, abrir
trascendencia hacia Dios y hacia los hombres, y redimensionarse en la
casa”.
“No es fácil estar encerrado en casa”, reconoce el Papa. Por ello,
pide: “resérvense para mejores tiempos, porque en esos tiempos recordar
esto que ha pasado nos ayudará. Cuídense para un futuro que va a venir. Y
cuando llegue ese futuro, recordar lo que ha pasado les va a hacer
bien. Cuidar el ahora, pero para el mañana. Todo esto con la
creatividad. Una creatividad sencilla, que todos los días inventa.
Dentro del hogar no es difícil descubrirla. Pero no huir, escaparse en
alienaciones, que en este momento no sirven”.
La cultura del descarte
En esta entrevista concedida a The Tablet y Commonweal, Francisco
denuncia también la “cultura del descarte” que se da en esta crisis
mundial y en la que “es normal sacrificar” desde “el principio al fin”.
“Pienso, por ejemplo, en la selectividad prenatal. Hoy día es muy
difícil encontrar personas con síndrome de Down por la calle. Cuando la
tomografía los ve, los mandan al remitente. Una cultura de la eutanasia,
legal o encubierta, en que al anciano se le dan las medicinas hasta un
cierto punto”, recuerda Francisco.
Por ello, recuerda también “la encíclica del papa Pablo VI, la
Humanae Vitae. La gran queja de los pastoralistas de la época se
centraba en la píldora. Y no se dieron cuenta de la fuerza profética de
esa encíclica, que era adelantarse al neomaltusianismo que se venía
preparando para todo el mundo. Es una alerta de Pablo VI ante esa onda
de neomaltusianismo”.
"Momento de ver al pobre"
Los pobres tienen un lugar importante para el Papa. “Es el momento
de ver al pobre. Jesús nos dice que ‘a los pobres los tendrán siempre
con ustedes’. Y es verdad. Es una realidad, no podemos negarlo. Están
ocultos, porque la pobreza es pudorosa. En Roma, en medio de esta
cuarentena, un policía le dijo a un hombre: ‘No puede estar en la calle,
tiene que ir a su casa’. La respuesta fue: ‘No tengo casa. Yo vivo en
la calle’. Descubrir esa cantidad de gente que se margina… y cómo la
pobreza es pudorosa, no la vemos. Están ahí, pasamos al lado pero no los
vemos. Son parte del paisaje, son cosas. Santa Teresa de Calcuta los
vio y se animó a empezar un camino de conversión”.
Insiste en que ver a los pobres significa “devolverles la
humanidad”. “No son cosas, no son descarte, son personas. No podemos
hacer una política asistencialista como hacemos con los animales
abandonados. Y muchas veces se trata a los pobres como animales
abandonados. No podemos hacer una política asistencialista parcial. Me
atrevo a dar un consejo. Es la hora de descender al subsuelo”, señala.
Puede leer íntegra la entrevista al Papa en ABC haciendo click
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