La Villa de La Orotava acogió ayer un encuentro diocesano que trajo al
recuerdo la alegría y la amplia oferta de talleres y actividades que se
celebran en las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ). Ni era mundial,
ni de la juventud, pero contagiaba ese espíritu, con grupos llegados
desde El Hierro, La Palma o La Gomera, con algunos párrocos al frente.
Desde todas las parroquias de la geografía insular partieron desde
temprano un centenar de guaguas que trasladaron a la mayoría de los
5.500 participantes que tomaron la Villa de La Orotava; ayer, como la
definió su alcalde, la Villa de la fe.
Desde las 10:00 horas, cada plaza o
iglesia se convirtió en un punto de encuentro con una oferta específica.
En el colegio salesiano, talleres para padres y niños; en la casa de la
cultura, cita con los jóvenes, y en la plaza de La Constitución, hasta
concierto con Alejandro Abrante, La Concepción, con un encantador y
cercano Guedes en su encuentro con los mayores; Santo Domingo se abrió a
Caritas y la plaza Franchy Alfaro, a Manos Unidas; la Sala Salesiana
hizo sitio a la pastoral de la Salud, destacando la ExpoVocacional
instalada en San Agustín, templo que ofertó la amplia oferta de la
realidad de carismas diocesanos.
Tras el almuerzo se procedió al traslado
desde el cementerio a la plaza del ayuntamiento de la talla del
Santísimo Cristo de la Buena Muerte, una talla de Ezequiel de León que
sustituyó a otra que fue pasto de las llamas, según recordaron ayer los
mayores del lugar. Para procesiones y boatos religiosos, La Orotava
volvió a mostrar su especialidad.
El obispo de la Diócesis, Bernardo
Álvarez, no ocultó su alegría y felicidad por la jornada de ayer, en la
que se mostró la pluralidad de la Iglesia con el orgullo de pertenecer a
ella. Después del traslado del Cristo de la Buena Muerte, ya frente al
ayuntamiento, la plaza quedó desbordada por la feligresía. En La
Concepción se habilitó una pantalla, con exquisito sonido, que permitía
también seguir la eucaristía. En la homilía, monseñor Álvarez recordó la
visita de la Virgen de Candelaria a Santa Cruz y La Laguna del 12 al 27
de octubre, y anunció que el 21 de diciembre comenzará el año jubilar
por el bicentenario del nacimiento de la Diócesis. Ahí se vino otra vez
el recuerdo del espíritu de la JMJ, cuando el obispo convocó para 2020
un encuentro diocesano similar al organizado en plena misión, esta vez
en La Laguna. Ayer, como le gusta al papa, la Diócesis hizo bulla.