CAMINEO.INFO.- El llamado de Dios Aunque en varios países ha disminuido el número de vocaciones sacerdotales, en Guatemala y Nicaragua ocurre lo contrario: los jóvenes sienten el llamado a la santidad y responden a este. A los seminarios diocesanos y de órdenes religiosas, así como a conventos llegan los futuros siervos de Dios.
Ramiro González, rector del Seminario Mayor de la Asunción, Guatemala, refiere que atienden a 212 seminaristas. De estos, 65 se encuentran en la fase final, 10 de los cuales se ordenarán este año tras ocho años de estudio. En tanto, 53 muchachos inician su formación.
“El que viene, por lo regular, se queda. En el 2006 contábamos con 155 seminaristas, y el número ha crecido”, afirmó González.
Las diócesis con más vocaciones son la de Guatemala, 32; la de Jalapa, 25; Suchitepéquez-Retalhuleu, 22 y de Los Altos, 15.
El Observatorio Pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano resalta en un estudio que de los 22 países de Iberoamérica y El Caribe, Nicaragua y Guatemala tenían en el quinquenio 2000-2005 los mayores índices de crecimiento en sacerdotes diocesanos.
En cuanto al número de seminaristas, los diocesanos aumentaron en 6.15 por ciento. En la órdenes religiosas se percibió una baja de 1.8 por ciento.
Vicente Sen, secretario adjunto de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Guatemala (Confregua), confirma el dato y asegura que las nuevas vocaciones para la vida religiosa han descendido desde hace cuatro años.
Aunque no hay cifras oficiales, expone que en el primer año de estudio llegan de 40 a 60 aspirantes, y que el segundo año llega el 50 por ciento menos.
Hasta ahora, la Confregua tiene registradas mil 665 religiosas que pertenecen a 108 congregaciones y 657 religiosos que integran 38 congregaciones. Este dato incluye a todos los que han tomado algún voto.
Ejemplo vivo
Un ejemplo de que los jóvenes de esta generación siguen el llamado de Dios se vivió el fin de semana último en El Salvador, durante el Tercer Encuentro Vocacional Centroamericano y del Caribe del camino Neocatecumenal.
Unos 500 muchachos y más de 300 jovencitas de diferentes nacionalidades dijeron sí al llamado a la vocación.
“Si hay un joven que sienta en su corazón que el Señor lo está llamando a ser presbítero para salvar esta generación, que se ponga de pie”, invitó Kiko Arguello, fundador del Camino Neocatecumenal, presente en más de cien naciones, con 52 seminarios misioneros y cerca de mil presbíteros ordenados para la Iglesia Católica.
Un silencio estremecedor invadió el estadio. En pocos minutos cientos de jóvenes, unos caminando y otros corriendo subieron a la tarima, hasta llenarla por completo.
Primero se invitó a los jóvenes al sacerdocio y luego a las señoritas a la vida religiosa, quienes también atendieron el llamado. Entre ellas se encontraba Sara Guadalupe Siquiná, quien por tercera vez siente el llamado. Se levantaron 150 guatemaltecos, entre mujeres y hombres.
“Sentir el llamado a la vocación es algo especial, un regalo del cielo. Sé que no es fácil, sobre todo en este mundo que te invita a otras cosas. Pero tengo la esperanza de que con la ayuda de Dios, en obediencia y asistiendo a mi comunidad se me confirme la vocación”, manifestó Pedro Martínez, de 17 años, de la parroquia Nuestra Señora de los Ángeles, de Guatemala.
Al igual que Pedro, cientos de jóvenes han optado por una felicidad diferente. Se han alejado de las drogas, las maras, el alcohol y tantas cosas que destruyen a la nueva generación. No se consideran “más buenos” que otros, simplemente saben que han tenido la oportunidad de toparse con Dios en su camino y se atreven a seguirlo.
