Sara Bargueño
es una joven artista española, concretamente pintora, ilustradora y
escultora, tiene 23 años y está recién casada. Ha vivido toda su vida en
Toledo, pero ahora "vivo en Cantabria, muy feliz", reconoce a ReligiónEnLibertad.
Con un Grado Superior de Ilustración en la Escuela de Arte de Toledo, Sara pone siempre la fe en el centro de su arte y dedica cada mañana a encontrar belleza en los lienzos –y en el resto de soportes que utiliza–, para poner así en juego todos los dones que de Dios ha recibido.
Su tío y el libro de laudes
"Mi
rutina es siempre parecida. Me levanto temprano, sobre las 7:30 y
desayuno con mi marido hasta que él se va a las 8:00. Y enseguida me
pongo a trabajar, contesto mensajes... Por las tardes suele cambiar... Hay días en los que tengo que ir a Santander a la celebración de la Palabra, o a alguna preparación, porque los dos estamos en el Camino Neocatecumenal", comenta Sara.
A esta joven sonriente, la vocación le viene casi de cuna. "Desde que tengo uso de razón he querido ser artista.
De hecho, tengo recuerdo de un verano estar aquí en Santander (porque
siempre hemos veraneado aquí) y decirle a mi madre: 'Yo quiero vivir
aquí porque tiene mar y montaña, y vivir de pintar cuadros'. Lo que no
sabía era que eso se iba a cumplir... y mucho menos que mis cuadros
fuesen religiosos", dice sorprendida.
"Yo pinto desde siempre, pero nunca había hecho
dibujos cristianos, ni tampoco se me había ocurrido, a pesar de vivir
siempre la fe. Antes de la pandemia, mi tío quiso hacer un libro de laudes para niños, y me pidió que hiciese dibujos sencillos.
Fueron los primeros dibujos cristianos que hice en mi vida. No estaban
muy allá, eran en papel y después los escaneé para poder ponerlos en el
libro, se notaba que necesitaba práctica", añade la joven.
Y,
sobre su arte, confiesa: "Al principio creaba lo que a mí me ayudaba,
lo que me inspiraba en el momento… hoy soy un poco más consciente de lo
que realmente se puede hacer con el arte católico e intento siempre
hacer algo que pueda ayudar al otro, que pueda evangelizar. Al final esa
creo que es mi misión, Dios me ha regalado este don para ponerlo al servicio de Dios y de los demás, evangelizando y dando a conocer al mundo que Dios te ama tal y como eres. Ese mensaje para mí es la clave de todo".
La belleza de lo sagrado
A
pesar de que no siempre fue así, a Sara, actualmente, la temática que
más le gusta es la del arte cristiano. "Mi estilo se caracteriza por una expresión visual de la fe desde una mirada dulce, luminosa y esperanzadora.
Me enfoco en representar la belleza de lo sagrado y transmitir los
valores cristianos a través de ilustraciones, tanto para niños como para
adultos", explica a este medio.
"Visualmente son ilustraciones sencillas y cálidas, con colores suaves y personajes amables, para hacer que los contenidos religiosos sean cercanos, especialmente en el contexto infantil, sin perder el respeto y la profundidad que merece".
Con
respecto a sus obras, a Sara le gusta mezclar lo abstracto con lo
figurativo. "Nunca hago un lienzo completamente abstracto, siempre hay
algún elemento reconocible. Me gusta trabajar así porque, por un lado,
encaja muy bien en los hogares, es decorativo y armonioso. Pero también,
y sobre todo, porque yo no he vivido físicamente lo que ocurrió en la
Biblia. No sé exactamente cómo fueron esos momentos, así que los imagino de una forma más libre, más simbólica. Para mí, el arte abstracto refleja esa distancia con lo vivido", se sincera.
"Creo que la belleza puede ayudar a salvarnos, pero
el único que nos puede salvar es Dios. Hoy en día hay mucho arte
bastante raro, y la mayoría no tiene que ver con el aspecto religioso. A
mí me gustaría hacer un cambio, y mezclar algo más moderno con la idea tradicional, como por ejemplo en mi obra del Sagrado Corazón de Jesús, donde mezclo estas dos ideas".
Pero,
si hay un pilar en el arte y en la vida de Sara ese es la fe. "Crecí en
una familia católica, mis abuelos eran del Camino (...). Mis padres
siempre me enseñaron que cuando tuviese algún acontecimiento de
angustia, preocupación, sufrimiento… buscase a Dios y rezase, así que siempre ha sido lo que he hecho".
"El
papel de Dios en mi obra es lo principal. Sin Dios no haría ninguna
obra. Él es quien me inspira, quien me ayuda y me da las ideas.
Normalmente se me ocurren las ideas enseguida y ahí es cuando digo que
Dios me ha revelado lo que tengo que dibujar. Cuando esto no ocurre, es
que algo va mal. Es que no rezo lo suficiente, o algo me distancia, como por ejemplo el pecado", añade la joven artista.
"Dios en mi vida es el centro de todo. Con todo lo que he vivido, si no tuviese a Dios en mi vida, no sé qué sería de mí, la verdad. No sabría llevar el sufrimiento y me habría rendido rápido", confiesa Sara.
"Intento rezar y leer la Palabra, escuchar las
homilías, los evangelios, o incluso frases de santos, que me ayudan a
crear mis imágenes. Siento que cuando eso me falta, cuando estoy más
alejada y no me nutro de la Palabra de Dios, me cuesta muchísimo
dibujar, tener ideas nuevas, se me viene el mundo encima y trabajo a
desgana. Por eso antes de pintar intento siempre leer algo de lo que he dicho anteriormente y así Dios me ayuda en mi trabajo".
Un bonito deseo
Sara cuida con esmero sus cuentas en redes sociales (Instagram:@_sara.b.g y su web www.sarabg.com),
a donde cada día le llegan numerosos mensajes de ánimo. "Hay mucha
gente que me escribe diciéndome que gracias a mis dibujos han vuelto a
rezar, o que justo han visto una ilustración mía que es lo que necesitaban en ese momento de su vida", confiesa.
"Al
final veo cómo ayudan los dibujos a las personas y eso es lo que me da
fuerzas para seguir. Cuando estoy un poco decaída y pienso qué estoy
haciendo con mi vida, recuerdo esos comentarios y realmente me ayuda a seguir", asegura.
En
los cinco años que lleva trabajando, Sara Bargueño ha recibido
numerosos encargos que luego han figurado incluso en carteles.
Recientemente, participó en la exposición VIVO, que se hizo en el
Arzobispado de Toledo, donde expuso uno de sus cuadros, titulado "PERDÓNALOS".
"Me gustaría que la gente que viera mi obra se emocione, se le ablande el corazón, le remueva algo por dentro, se haga preguntas, que empatice, que busque a Dios…", pide Sara, como deseo para sus creaciones.
Y,
además, para concluir, con la llegada de un nuevo Papa, tiene un anhelo
muy especial: "Para mí sería un sueño poder pintarle, a parte de que
tengo muchas ganas de ir a Roma. Así que cuando organice el viaje, hago el cuadro y me lo llevo sin pensar, a ver si hay suerte".