CAMINEO.INFO.- Burriana/ESPAÑA.- Ayer a las nueve de la noche, la familia de José Enrique Barberá recibía una llamada desde Chile, en la que les informaban que su hija, marido e hijos, se encontraban en su casa de Concepción, sanos y salvos, junto a tres chicas más de la misión que están realizando en el país sudamericano.
Esa es la última información que se tiene de la familia de Burriana que se encuentra en Chile de misión desde hace dos años, después del terremoto. El párroco de la iglesia donde asiste la familia de Burriana informó del buen estado de la pareja y sus dos hijos, "y por los menos ahora estamos más tranquilos", explicaba José Enrique, padre de Maria Amparo.
Hasta ese momento, los familiares no sabían nada desde el sábado cuando terminó el terremoto. “Al menos sabemos que están vivos”. Esas eran las únicas palabras de tranquilidad que tenía el padre de María Amparo, la mujer de la familia de Burriana que ya está localizada en la ciudad de Concepción después del terremoto ocasionado en Chile.
José Enrique Barberá, el padre de Maria Amparo aseguraba que “la única información que nosotros teníamos es del sábado, nada más finalizar el terremoto. Cuando las comunicaciones aún no se habían cortado del todo, una de las chicas que se encuentra en Concepción con nuestra familia, le transmitió a la responsable del equipo de misiones españolas en Chile, que se encontraban bien, y estaban fuera de peligro, pero no sabemos cómo está la casa donde viven, en qué situación se encuentran, si tienen comida, ni nada”.
Esa es la única información que tiene sobre el estado de María Amparo, Juan, su marido, y los dos hijos gemelos de 5 años. “Desde el sábado no sabemos nada más, y han pasado cuatro días sin tener ninguna información de ellos. No existe comunicación con Concepción porque no hay electricidad, ni nada”.
Ayer mismo, José se puso en contacto con María Teresa, la responsable de la misión y “nos ha contado que ha salido un cura desde Santiago de Chile con comida en busca de las tres familias españolas y las dos chicas que están de misión. El viaje es de más de 400 km, por lo que no sabemos cuando nos podrán decir algo. La confianza que tenemos es que este párroco llegue a Concepción y pueda contactar con ellos para que nos diga como están, pero hasta ese momento estamos a la espera”.
El matrimonio vive junto a sus dos hijos, Miguel y Saray, hace dos años en Concepción, la segunda población más grande de Chile, en una misión del Camino Neocatecumenal, en la zona donde vive la gente más marginada. “Su presencia allí sirve para establecer un modelo de familia completa, con padre, madre e hijos, y que las familias chilenas se habitúen. Además ayudan en la parroquia de la zona, hacen catequesis entre los niños y padres de la región de Biobío, una de las más afectadas por el terremoto”, explicaba la madre de María Amparo.
“Hace apenas diez días que están en Chile, porque vinieron para navidad y se fueron el 18 de febrero. Los padres estaban de convivencia en Santiago de Chile el viernes, y acababan de llegar a Concepción para volver a su casa. De hecho, el último contacto con ellos es un correo electrónico en el que nos contaban que ya estaban en todos en casa después del viaje desde Santiago”, explicaba Ángel, el hermano de María Amparo.
Según explicaban los familiares, en la región se encuentran tres familias españolas de misiones. Una en Coronel, otra en Lota, y la familia de Burriana, en Concepción, junto a dos chicas más, que fueron las que llamaron para informar de que estaban bien el pasado sábado.
“Lo que más nos preocupa en estos momentos son los saqueos y pillajes que se están produciendo en la zona, y que se podrían ver afectados. Nos cuentan que la gente permanece despierta toda la noche para que no les roben. Anoche conseguimos hablar con los niños de una de las familias españolas que hay en Concepción, que sus padres son médicos, y nos dijeron que nuestra familia esta al otro lado del río, y que no sabían nada de ellos”, apuntaba la madre.