Los obispos portugueses y el encuentro con Kiko Argüello.

CAMINEO.INFO.- Fátima/PORTUGAL.- Al final de aquél viernes lluvioso, los obispos portugueses presentes en el encuentro europeo de los jóvenes del Camino Neocatecumenal y de las comunidades neocatecumenales portuguesas estaban llenos de gozo por la acción del Espíritu que habían presenciado. Han aguantado la lluvia y el cansancio de cuatro días de la visita papal, llenos de diligencia y amor a su pueblo.

Camineo.info habló con algunos de ellos y la alegría fue la tónica dominante. «La predicación de Kiko estaba llena de buen ánimo» decía el obispo de Beja, D. Antonio Vitalino «y muestra cómo la Iglesia sigue llamando y hay respuesta de los chicos y de las chicas si hay también crecimiento en la fe» añadía. Beja es una diócesis al sur de Portugal, donde el Camino Neocatecumenal lleva 39 años, su catequista hasta el año 82 fue el mismo Padre Mario Pezzi, hoy del equipo internacional responsable por el Camino – Kiko, Carmen y P. Mario.

El mismo obispo llamó sus diocesanos a mirar los frutos de este encuentro cuando, el domingo siguiente, en la parroquia de San Juan Bautista de la ciudad de Moura, al terminar de confirmar 55 nuevos hermanos, les abría el corazón: «espero que salgan también de aquí vocaciones cómo pasó con aquellos hermanos a quien he impuesto las manos en el encuentro con Kiko y Carmen, 400 chicos y 350 chicas. No terminarán todos consagrados, pero contestar a la llamada de Dios supone ya un paso inmenso».

También el obispo de Cabinda (Angola) habló a Camineo.info. «La fuerza de Espíritu se podía sentir en el aire del Santuario». Su felicidad se veía en su mismo rostro. «Jamás he visto un espectáculo de fe tan grande, tan viva» ha dicho.

Pero el obispo de Oporto no sabía más que decir ante la maravilla de tantos chicos y chicas que se ofrecían para el servicio del Reino: «son los frutos del viaje del Santo Padre. Él deja un rastro del amor del Padre, qué nos ha amado primero antes de la creación del mundo» decía emocionado.

La gran sorpresa también tiene sus razones: la mayoría de estos obispos jamás habían estado en un encuentro vocacional del Camino. Conocen el Camino y lo apoyan, pero solo habían escuchado el eco de estos encuentros, todavía no lo habían visto con sus mismos ojos. Como decía el obispo de Beja: «hemos sido testigos de esta primavera para la Iglesia Santa de Dios».