Con ocasión del 50º aniversario del decreto conciliar Perfectae Caritatis sobre la renovación de la Vida Consagrada y en el que cuatro grandes santos religiosos celebran centenario, el Papa Francisco, a través de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades Apostólicas, ha convocado el Año de la Vida Consagrada. El claretiano Luis Ángel de las Heras es el presidente nacional de CONFER, y hoy nos da a conocer diferentes aspectos relacionados con la vida religiosa.
P.- ¿Cómo se consigue que los institutos religiosos trabajen juntos sin perder sus identidades carismáticas?
R.- No hay ningún riesgo de perder la identidad carismática trabajando juntos. Más bien el trabajo conjunto hace que cada cual tenga que conocer mejor el propio carisma para compartir con otros y manifestarlo en su originalidad y singularidad.
P.- ¿Cuáles son los principales logros de la CONFER en estos años de actividad?
R.- Los logros más significativos son los cauces de unión, comunión e intercongregacionalidad que se han ido abriendo. Hay un momento relevante que es la unión de CONFER femenina y masculina en 1994. A partir de ahí, con las dificultades propias de una organización tan amplia y rica en diversidad carismática, se han recorrido esos caminos por los que hay que seguir avanzando: unión y comunión en la diversidad, proyectos apostólicos intercongregacionales, orientaciones comunes en líneas de acción para la vida consagrada, posicionamientos ante la sociedad en defensa de la vida y de una existencia digna, de los valores cristianos, de los derechos humanos, a favor de los más débiles…
P.- Eso de puertas adentro, ¿y hacia fuera?
R.- Hacia fuera de CONFER un logro significativo ha sido el diálogo institucional y la colaboración que se ha mantenido con los obispos, con otras organizaciones de Iglesia, como Cáritas o FERE, con los laicos que trabajan en misión compartida con las órdenes y congregaciones religiosas y con la administración pública en lo que afecta a quienes CONFER representa.
P.- ¿Qué podría decirnos sobre el trabajo de los religiosos en la pastoral diocesana?
R.- Lo primero que puedo decir es que mayoritariamente hay una valoración positiva. La vida religiosa quiere vivir inserta en la Iglesia particular y, por tanto, en la pastoral diocesana, aportando su propia singularidad de forma y estilo de vida, con la riqueza de los distintos carismas. Para progresar en este y en otros campos, hay que seguir avanzando en el conocimiento mutuo entre las distintas formas de vida de la Iglesia.
P.- ¿Cómo valoraría el trabajo de la CONFER diocesana de Sevilla?
R.- La CONFER diocesana de Sevilla está muy bien valorada. No puedo decir que la conozca con detalle, pero su presidenta y su secretaria son personas que trabajan mucho y muy bien. El boletín digital sí lo veo, y ahí se puede apreciar tanto la riqueza de propuestas y las actividades de CONFER -diocesana, regional y nacional- como la inquietud por hacerse eco de la realidad social en general y de la archidiócesis de Sevilla en particular.
P.- ¿Qué reflexión le suscita esta iniciativa del Papa Francisco de dedicar un año a la Vida Consagrada?
R.- En CONFER hemos reflexionado y trabajado en equipo sobre esta cuestión. Me parece que esta iniciativa del Papa es una gran responsabilidad y una gran oportunidad que ha de aprovechar toda la Iglesia. Cualquier iniciativa universal que señala una parte del pueblo de Dios debe animar a las otras a hacerla suya, igual que procuramos todos durante el Año Sacerdotal de 2009. Este año puede ser un momento propicio para conocer mejor la identidad y misión de la vida consagrada en toda la Iglesia y en la sociedad. Hacia dentro de la propia vida consagrada puede ser también un tiempo de liberación de cualquier autorreferencialidad, nostalgia o pesimismo para responder a la invitación de desplazarse, desde la experiencia de Dios y la primacía del Espíritu Santo en su vida y misión, hacia nuevas periferias geográficas y existenciales.
P.- ¿Qué retos le quedan por superar a la Vida Religiosa en España y en cada Iglesia particular?
R.- Yo creo que la vida religiosa en España tiene que superar el complejo de estar en retirada, puesto que lo tiene en mayor o menor medida. Esa insistencia en una edad media alta y tener pocas vocaciones, aunque es una realidad, se ha convertido en una conciencia de imposibilidad, cuando la vida religiosa está llamada a darlo todo y ser fecunda cualquiera que sea su circunstancia. En Evangelii Gaudium, el Papa Francisco pide que seamos realistas, pero sin perder la alegría, la audacia y la entrega esperanzada.
P.- ¿Quizás tengan que vencer el bloqueo por las críticas que ha recibido?
R.- Desde su aportación rica y original, la vida consagrada debe sumarse a la misión en comunión del proyecto evangelizador de cada Iglesia particular. Inserción, sin perder su especificidad. Para ello la vida religiosa está bien dispuesta a un diálogo abierto y cordial que contribuya a crear un clima de aceptación y de armonía en las relaciones. De este modo puede contribuir a un estilo de cooperación entre obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y seglares. Para así, en corresponsabilidad, acrecentar la conciencia de la comunión eclesial.
P.- ¿Qué esperanza puede aportar la Vida religiosa a esta sociedad donde Dios es cada vez menos prioritario?
R.- El Papa Francisco nos invita a todos los miembros de la Iglesia a un 'estado permanente de misión, en salida', para que llevemos la esperanza de Cristo a la gente, levantando un 'hospital de campaña' en medio de esta realidad que nos rodea. A la vida consagrada le ha pedido expresamente que se desplace hacia las periferias geográficas y existenciales para consolar y dar esperanza a los hombres y mujeres de estos tiempos. Los religiosos y religiosas, viviendo la alegría del encuentro con Cristo, podemos llevar la esperanza en el consuelo y la acogida de tantas personas en tantos lugares donde nos encontramos. Nuestras casas bien pueden ser 'tiendas' del 'hospital de campaña' que pide el Papa.
P.- ¿Tenéis prevista alguna iniciativa conjunta en el campo del apostolado o celebrativo con otros Institutos de Vida Consagrada?
R.- Hasta el momento no hay ninguna iniciativa prevista con los Institutos de Vida Secular Consagrada. Por otra parte, todos hemos respondido a la iniciativa de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada y juntos estamos preparando una única iniciativa conjunta de la vida consagrada en España. Será de carácter celebrativo, formativo y festivo convocado los días 3 y 4 de octubre de 2015.
P.- Sabemos que los religiosos trabajáis en el campo de la sanidad o la educación. Sin embargo llegáis a más sectores ¿Dónde podemos encontrarlos?
R.- Efectivamente, la presencia de los religiosos es muy amplia. Además de la sanidad o la educación formal, estamos comprometidos en otros ámbitos apostólicos: acción social y pobreza, emigrantes sin recursos, la justicia y la paz, la colaboración en la pastoral parroquial y litúrgica, la atención a menores en riesgo de exclusión, acogida y rehabilitación de toxicómanos, acogida y atención a mujeres en cualquier dificultad, erradicación de la trata de personas, educación no-formal…
P.- ¿Hay en CONFER una pastoral vocacional conjunta?
R.- Hay una pastoral juvenil vocacional coordinada. CONFER tiene un área de pastoral juvenil vocacional y lleva convocando, hace más de cuarenta años, jornadas de religiosos y religiosas que trabajan en pastoral juvenil para compartir, coordinar y reflexionar sobre ello.
P.- ¿Qué reflexión y renovación podrían hacer en este año los religiosos que trabajan en tierras de misión?
R.- Los misioneros y misioneras que trabajan en tierras de misión fuera de España están dispuestos a dar la vida. Algo que se hace como consecuencia del encuentro con Jesús. Si lo viven así, no sé si pueden renovarse más. Esto nos tiene que hacer reflexionar no a ellos sino a quienes debemos estar dispuestos a lo mismo, aunque nuestras vidas no corran peligro, y estamos aquí, porque sin salir de nuestro país también debemos entregarlo todo y tener conciencia de ser misioneros.
P.- ¿Qué esperáis de vosotros mismos cuando termine el año de la Vida Consagrada?
R.- Pues, en primer lugar, que tomemos más conciencia de ser parte humilde del engranaje de esta Iglesia en 'estado permanente de misión' para salir hacia los límites de nuestro mundo, manteniendo con nuestro propio estilo de vida consagrada la tensión transformadora hacia el Reino. Que continuemos en dinámica de conversión para progresar en una vida más auténtica, acogedora, expansiva y fecunda. Que vayamos a nuevas periferias geográficas y existenciales en las grandes ciudades, en los pequeños pueblos, en el mundo virtual, con los niños, con los jóvenes, con los ancianos, con las familias, con los enfermos, con los pobres, etc.
P.- El 'hospital de campaña' del que habla el Papa…
R.- Eso es. Que continuemos levantando tiendas del 'hospital de campaña' que nos pide el Papa Francisco, haciendo de nuestras casas lugares de cercanía y proximidad y no nos conformemos con nuestro compromiso de frontera, porque siempre podemos ir a otras orillas de dolor y muerte para llevar la vida de quien nos la da en abundancia para que la transmitamos. Además, espero que seamos hombres y mujeres del Espíritu, de modo que nuestra espiritualidad nos haga creíbles al tiempo que plenamente humanos. Sabemos que la falta de mística nos hace poco fiables, aunque lleguemos a ser humanamente convincentes. Y, finalmente, me gustaría que nos alegremos de vivir esta vida religiosa en estos tiempos. Que vivamos bien esta vida, con la entrega que requiere, con la belleza que encierra, como el don que es y hemos recibido gratis, para darla también gratis con pasión, alegría y esperanza.
Loli Ramírez