El COVID-19 (coronavirus) se está extendiendo como un relámpago en
todo el mundo: hasta la fecha, ya ha cobrado la vida a unas 120.000
personas y alrededor de 2 millones están infectadas, incluidos jefes de
Estado, operadores sanitarios, religiosos, estudiantes, empresarios,
trabajadores y agricultores. Entre las consecuencias más devastadoras
que está provocando esta pandemia están los millones de personas que han
perdido sus empleos y en medio de esta emergencia sanitaria se
enfrentan a dos problemáticas: al virus y a subsistir indefinidamente
sin ninguna fuente de ingreso. Una de las regiones más afectadas del
mundo es el sur asiático, que junto con África, se consideran las
regiones más pobres del planeta.
Vietnam: Las personas en riesgo de hambre ¿cómo van a sobrevivir a la pandemia indefinidamente?
El
presidente de la Conferencia Episcopal vietnamita, el arzobispo Linh,
ha instado a la población a seguir el ejemplo de dos hombres que en
Hanoi y Ciudad Ho Chi Minh están ofreciendo comida gratis a los
necesitados.
Uno de estos dos hombres es Hoang Tuan Anh, de 35
años, quien ha inventado una máquina de arroz que funciona como un
cajero automático, basta con presionar un botón para recibir 1,5 kg de
arroz crudo. La máquina funciona las 24 horas del día y suministra 4
toneladas de arroz por día a 3.000 personas necesitadas. Según informa
UCA News, en los próximos días se instalarán más máquinas de arroz en
Vietnam para servir a los pobres.
El presidente de la Conferencia
Episcopal vietnamita además ha invitado a los católicos y personas de
otras religiones a hacer todo lo posible para ayudar a los afectados por
la pandemia de Covid-19 y que corren el riesgo de morir de hambre: “El
virus es mortal – dice el prelado – y los trabajadores de bajos
ingresos, incluidos vendedores ambulantes, conductores, taxistas en
motocicletas y otros, sufren hambre. ¿Cómo van a sobrevivir a la
pandemia indefinidamente?”.
India: La Iglesia abre comedores y refugios para migrantes y trabajadores que se quedan sin trabajo
Miles
de migrantes se encuentran bloqueados en la India tras las medidas que
adoptó el Gobierno para contener la propagación de la pandemia de
coronavirus. Muchos no han podido regresar a sus estados de origen y han
perdido sus empleos, uniéndose a los numerosos trabajadores formales e
informales.
En la india, los habitantes de bajos ingresos ahora
enfrentan el hambre. Están privados de cualquier fuente de ingresos,
incluso han perdido el alojamiento donde podían dormir. Ante esta
desesperada situación, la Iglesia se ha movilizado por ellos. Tal es así
que en Ranchi, en el estado de Jharkhand, la Iglesia ha puesto a
disposición varias instalaciones para ofrecer hospitalidad, pero también
alimentos y otros servicios básicos a estas personas, junto con muchas
otras familias pobres.
La semana pasada – según informa la
agencia Eglises d’Asie – Monseñor Felix Toppo inauguró un comedor
popular que alimentará a más de 600 personas durante al menos un mes. El
comedor también está abierto a otras 200 familias en un distrito de la
ciudad donde habitan antiguos pacientes de lepra. La gestión fue
encomendada a las Misioneras de la Caridad, las hermanas de Madre Teresa
de Calcuta. Además, la Iglesia ha puesto a disposición de estos
migrantes 14 escuelas católicas y planea abrir otro comedor que servirá a
otras 500 personas, gracias a las donaciones y la ayuda ofrecida por
las organizaciones humanitarias católicas, explica el obispo auxiliar
Monseñor Theodore Mascarenhas.
Timor Oriental: El arzobispo de Dili invita a la unión
En
Timor Oriental, el arzobispo de Dili, Mons. Virgilio do Carmo da Silva,
invitó, durante su homilía en la celebración de la Pascua, “a dejar de
lado nuestros intereses personales, grupales o políticos, y en su lugar
crear unidad para combatir el coronavirus”. En efecto, Mons. da Silva
considera que la unión es la clave para afrontar y superar esta
emergencia: “debemos permanecer unidos para evitar que el virus se
propague en la mayoría de la nación católica”. Además, instó a los
timorenses a “no entrar en pánico” y “mantener la calma en casa” y
aplaudió al gobierno y a los médicos “por sus esfuerzos para mantener el
virus bajo control”.