Casi al mismo tiempo que se
manifestaba en Madrid la “España vacía” el Instituto de Política familiar (www.ipfe.org) presentaba su informe sobre el
Aborto en España, en el que señala que el aborto es una de las causas del
déficit de natalidad en España y que ha invertido la pirámide poblacional, lo
que hace problemática la mera supervivencia de España, tal como ha sido hasta
ahora.
Pienso por mi parte que una
España envejecida queda abierta a ser sustituida por la migración de otros pueblos que esperan
simplemente a que nos vayamos muriendo para sustituirnos y ocupar nuestras
casas. Seguro que no se está llegando a esto por mera casualidad, por el simple
hecho de que los tiempos cambian, esta situación ha sido pensada e impulsada
por fuerzas poderosas que, desde la sombra, dictan sus instrucciones que tanto
la izquierda como la derecha obedecen sin rechistar.
Gobernando el partido socialista
se produjeron 1.182.227 abortos y
gobernando el partido popular 1.108.457. Las leyes abortistas que promulgó el
PSOE se han consolidado por el PP que, a pesar de haberlas recurrido y olvidado
ante el Constitucional y no las abolió ni modificó a pesar de la mayoría
absoluta del presidente Rajoy. Tampoco el nuevo presidente del PP parece muy
dispuesto a modificarlas. Dice, incluso, que se trata de algo consolidado y el
alegato del Sr. Suarez Illana sobre la
cuestión ha sido fuertemente criticado no solo por los adversarios sino por su
propio partido, el PP.
Cualquiera podría pensar que con
la proliferación de medios y métodos anticonceptivos el aborto, que arranca
violentamente del vientre de su madre al concebido, resultaría innecesario,
pero no ha sido así sino que el aborto se usa como un método anticonceptivo
más, con la inquietante circunstancia de que 4 de cada diez mujeres que abortan
ya habían abortado con anterioridad, el 13% lo hicieron más de dos veces y el
5% más de tres, lo que indica que el aborto se toma por muchas mujeres y sus
parejas como un mero trámite.
En 2017 el número de abortos
registrado fue de 94.123 equivalente a un tercio del déficit de natalidad que
tiene España, cuya índice de fecundidad es de 1,31 hijos por mujer, totalmente
insuficiente para hacer posible el reemplazo generacional lo que hará inviable,
por ejemplo, el mantenimiento del
sistema de pensiones de la Seguridad Social, tal como lo conocemos.
Otro dato que aporta el informe
es que hay nada menos 212 centros abortivos que mueven más de 60 millones de
euros al año.
Hay algún colectivo pro-vida que,
con grandes dificultades, trata de ofrecer a las mujeres que van a abortar
otras soluciones, mientras que desde los distintos gobiernos no se ofrecen
ayudas realmente eficaces para la maternidad.
Pienso por mi parte que cualquier
niño concebido lo ha sido por el concurso de dos progenitores, pero el
progenitor masculino ni opina ni se preocupa por ello. Esto sí que me parece un
machismo auténtico aunque solo se hable de machismo cuando una mujer dice haber
sido agredida o violada, aunque no he oído ni recuerdo que ninguna embarazada
por violación pida responsabilidades al violador respecto al concebido.
La maternidad requiere sobre todo
de una auténtica nupcialidad y no de una mera convivencia, de una
revalorización de la familia estable y el mismo Instituto de Política Familiar
presentó un programa de cien medidas con perspectiva familiar de las que me hice
eco en un artículo anterior.