Ya estamos otra vez en vísperas
electorales: europeas y municipales en mi caso y he de confesar que no tengo ni
idea de a quién votar, ni si mi voto servirá para algo e incluso si resultará
correctamente contabilizado.
Con respecto a las elecciones
municipales podría parecer más fácil ya que las personas que ocupan el espacio
de la papeleta pueden serme conocidas. Pues sí y no. A las que conozco no estoy
dispuesto a votarlas, pues como se suele decir, se del pie que cojean. A las
que no conozco, que son muchas más, y de los más variados partidos con siglas
que ni me suenan, pues tampoco me merecen garantía alguna ya que ignoro si tratan
de servir al bien común o buscan vivir de la política.
Los partidos que parecen con más
posibilidades de conseguir algunos concejales son los que repiten y en su
mandato defenestraron al alcalde anterior con una operación policial semejante
al desembarco de Normandía y a pesar del ruido, los tribunales correspondientes
mantienen el más espeso silencio. El cambio de alcalde, a mi parecer, no ha
supuesto ningún beneficio apreciable para la ciudad que continúa incomunicada
por ferrocarril con el resto de España.
Todos andan celebrando actos para
darse a conocer a los que no asisto, pero sí leo las reseñas periodísticas al
día siguiente. Lo más destacable de sus programas son las obras que piensan
abordar para engrandecer la ciudad, su sierra y su turismo (no sé con qué
dinero) y los más ideologizados aprovechan la tribuna que se les ofrece para
hacer propaganda de la ideología de género o la violencia machista, sus
exigencias y asociaciones subvencionadas.
Si voto a los que quieren
engrandecer mi ciudad, Granada, sin saber de dónde sacarán el dinero, si luego
siguen peleándose entre ellos y no hacen nada ¿dónde reclamo? Por supuesto que
no se me ocurrirá votar a los neo marxistas que andan pregonando la lucha de sexos (de la de
clases se habla menos) o el apoyo a los okupas.
Respecto a las elecciones a
diputados europeos leo las interminables listas que presenta cada partido,
¡incluido el que lleva como logotipo la cara del prófugo Puigdemont! Algunos nombres me parecen
interesantes, aunque de distintos partidos, pero solo puedo meter una sola
papeleta, así que mis posibilidades electivas son escasas. ¿Llegarán a
diputados europeos personas que busquen el bien de España? Realmente ¿quién
manda en Europa?
A veces pienso que la Europa que
soñaron Schuman, Adenauer, Jean Monnet, Spaak o Alcide De Gasperi, tiene poco
que ver con la Unión Europea actual que parece más bien diseñada con escuadra y compás por los promotores del
Nuevo Orden Mundial, aunque cada vez se van levantando voces contra la asfixiante
burocracia de Bruselas. No parece una unión de estados libres sino el embrión
de una súper-nación que quiere ir disolviéndonos en la marea imparable de gente
de otros continentes con intereses que desconocemos.
Si no sé a quién votar para el
gobierno de mi ciudad, ni para que estemos representados en Europa, ¿qué puedo
hacer? ¿mi voto, si no me abstengo tiene algún valor? ¿será correctamente
contabilizado?
Demasiados interrogantes para mi
edad.