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Domingo XXXII del Tiempo Ordinario: Dedicacion de la Basilica de Letrán

Sat, 08 Nov 2014 23:23:00
 

CAMINEO.INFO.-

EZEQUIEL
47, 1-2. 8-9. 12
SALMO
45
CORINTIOS
3, 9c-11. 16-17
JUAN
2, 13-22

Celebramos hoy la Fiesta de la Dedicación de la Basílica de Letrán, que es la Catedral del Obispo de Roma, el Papa. Durante los tres primeros siglos del cristianismo, como que estaban perseguidos, los cristianos no tenían ni templos ni iglesias donde reunirse. Y esta Basílica fue la primera en construirse en Roma después del edicto del emperador Constantino (año 313), que convertía el cristianismo en la religión oficial del Imperio Romano.

Esta Fiesta la celebramos toda la Iglesia católica como un signo de comunión, de cada iglesia local con la Iglesia fundada por los apóstoles Pedro y Pablo, y con el Papa, cabeza del colegio episcopal. Es la Fiesta de la universalidad y la unidad entre todas las iglesias esparcidas por el mundo. San Ignacio de Loyola hablaba de “sentir con la Iglesia”, ¡qué expresión más bonita!

Como habéis visto, las lecturas ponen el acento en el significado del templo, pero Jesús nos enseña que el templo de Dios es, en primer lugar, el corazón del hombre que ha acogido su palabra. Hay muchos textos que apuntan en este sentido. Quizás, el más claro es cuando Jesús dice en Jn 14,23: “…y mi padre le amará, y vendremos a él y en él haremos morada”. O bien, hoy San Pablo, nos dice también muy claramente, con su vehemencia habitual:” ¿No sabéis que soy templo de Dios?”. ¡Dios que nos habita!, ¡¡que está en nuestros corazones!! ¡¡Qué gran misterio!! (corazón entendido como núcleo de la persona, no como el órgano físico). Templos de Dios...

Lo que ahora diré lo he dicho varias veces. Esto que acabo de decir: “Dios habita en nuestros corazones...”. No es una idea bonita. Es una realidad. Tendría que ser una realidad vivida por nosotros. Por tanto, una experiencia. Si sólo es una idea, malo, ha de ser una experiencia.

¡¡Pasar de la idea sabida a la experiencia, es la gran tarea!! Pasar de la cabeza al corazón. Tarea a hacer si no queremos vivir un cristianismo teórico, que al final sólo sean unos ritos externos. Todos los profetas y Jesús, se han opuesto con mucha contundencia a entender la relación con Dios, como el cumplimiento de unos ritos exteriores. ¡¡Todos!! Es una constante. La relación con Jesús nos ha de tocar el corazón!!

Dicho todo esto, surge la pregunta: ¿Si Dios habita en el corazón de cada uno de nosotros, si Jesús dijo que los verdaderos adoradores han de adorar al Padre en espíritu y en verdad, ¿por qué es tan importante la Iglesia? Hay muchas respuestas, una que me parece interesante destacar y que liga con esta fiesta es que Jesús no nos salva por separado, sino que va venir a formar un pueblo, una comunidad de personas, en comunión con Él y entre ellos. ¡¡Viene a formar un pueblo, una comunidad!!

Por esto, Jesús dice “Yo soy la vid y vosotros los sarmientos”. No dice: “Yo soy el manzano y vosotros las manzanas”. Nos quiere salvar en comunidad, como los racimos que forman un conjunto. Esto tiene muchas implicaciones, quiere decir que la comunidad ha de llegar a ser una comunidad salvadora, comunicadora de gracias. Quiere decir que la comunión entre nosotros, sea fuente de crecimiento en santidad... El proyecto de salvación de Dios para cada uno de nosotros, pasa por la comunidad parroquial. Es tarea de todos convertir la comunidad en fuente de gracias.

El que es una casa para la familia, lo es la iglesia para la familia de Dios. No hay familia sin casa, no hay familia de Dios sin iglesia.

Hoy en día, vemos que el tema Iglesia, el tema comunidad, cuesta. En parte, cuesta por la tendencia al individualismo. Es una tendencia cultural de nuestros tiempos, fundamentada por el sistema capitalista, que prefiere individuos que son manipulables a grupos o comunidades que se apoyen entre ellos y puedan hacer fuerza.

El gran peligro del individualismo, es acabar haciendo un Dios a mi imagen y semblanza. En este caso, se verificaría aquello que decía uno de los filósofos de la sospecha, Feuerbach, que Dios es una proyección de las necesidades y deseos del hombre.

La iglesia te ayuda, nos ayuda, de una manera constante a no caer en este pecado tan fácil de cometer: crear un Dios a tu imagen, adaptado a tu psicología y manera de ser. ¡El problema es que este Dios, es un Dios que no salva! ¡No transforma los corazones! Porque tu lo manipulas para que te permita hacer lo que te dé la gana.

El segundo argumento del por qué, es tan importante la Iglesia porque ella fundada por Jesús, es fuente de gracias. Cuánta belleza hay en la primera lectura: el templo (la Iglesia) de donde nace una fuente de agua que todo lo purifica y que allá donde pasa da vida, regenerar, hace crecer, da frutos. Esto es la Iglesia, una fuente de donde brota la gracia, porque en ella está el Cristo.

El celo de Jesús en la expulsión del templo, se podría entender bajo esta perspectiva. La presencia de vendedores y cambistas está desvirtuando y dificultando el sentido del templo: el templo como aquel espacio donde se da una relación con Dios, donde él nos va comunicando sus gracias que transforman nuesra vida … Amén.
(Anexo)
En las Confesiones (VIII, 2), san Agustín narra cómo tiene lugar la conversión al cristianismo del gran orador y filósofo romano Victorino. Al convencerse de la verdad del cristianismo, decía al sacerdote Simpliciano: "Ahora soy cristiano". Simpliciano le respondía: "No te creo hasta que te vea en la iglesia de Cristo". El otro le preguntó: "Entonces, ¿son las paredes las que nos hacen cristianos?". Y el tema quedó en el aire. Pero un día Victorino leyó en el Evangelio la palabra de Cristo: "quien se avergüence de mí y de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre". Comprendió que el respeto humano, el miedo de lo que pudieran decir sus colegas, le impedía ir a la iglesia. Fue a ver a Simpliciano y le dijo: "Vamos a la iglesia, quiero hacerme cristiano". Creo que esta historia tiene algo que decir hoy a más de una persona de cultura.







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