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II Domingo de Adviento

Sun, 06 Dec 2020 13:59:00
 

CAMINEO.INFO.- Segundo domingo de Adviento. La liturgia, las lecturas, hoy nos presentan un tema  muy de Adviento: preparar el camino. Adviento es un tiempo de preparación, para acoger a Jesús que viene. Si preparamos el camino viviremos un nuevo encuentro con Jesús, el Señor. Ya nos hemos encontrado, ya sabemos quién es, pero, si vivimos el Adviento podremos experimentar un nuevo encuentro. Hemos de preparar el camino.. Preguntémonos: ¿cómo lo estoy preparando?

 

Si no hacemos nada pasará lo que leemos en el prólogo de San Juan el día de Navidad: “Vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron” (Jn 1, 11), que no nos pase esto...

 

En la primera lectura hemos leído el inicio de lo que se llama el segundo Isaías. Dicen que es el más conmovedor canto a la esperanza que se haya escrito nunca. El Pueblo de Israel está deportado a Babilonia, son esclavizados, llevan muchos años fuera de su tierra y lejos del templo... Parecía que no había esperanza. Hasta que el profeta, que habla en nombre de Dios, ve que el cambio se acerca: “Consolad, consolad a mi pueblo, -dice vuestro Dios-; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen...”

 

También hoy nos puede parecer que no hay esperanza... Parece que cada vez todo va peor: la pandemia, los políticos, la ley de educación, tantos negocios a punto de cerrar, tantas personas sufriendo que ven el futuro oscuro, la práctica religiosa que va disminuyendo,...

 

¡¡Parece que no hay esperanza!! Como le pasaba al Pueblo de Israel. Pero, la liturgia de Adviento, la Iglesia, el Espíritu Santo, nos quiere llevar por el camino de la esperanza, porque El Señor Dios llega con poder”. ¡¡Porque Él viene!! ¡¡Dios viene!! Y viene para  cambiar todo esto... ¡Y él es el único que puede dar la paz, el amor, y cambiar el corazón del hombre!

 

Estas realidades tan sobrecogedoras nos han de llevar a implorar su venida con más fuerza, con más intensidad, con más frecuencia. ¡¡Le necesitamos!! Que el grito “Venid, Señor Jesús” no sea pensado sólo a título personal, sino también comunitariamente, socialmente.

 

Al ver las noticias o leer los periódicos... “Venid, Señor Jesús”. Al pasar por delante de las escuelas o institutos... “Venid, Señor Jesús”. Ante el local de Cáritas: “Venid Señor Jesús”. Antes de ir a casa del hijo no creyente... “Venid, Señor Jesús”. 

 

¿Pasa alguna cosa cuando hacemos esta jaculatoria? ¡¡Claro que pasa!! Al final vivir o no vivir esto es una cuestión de fe. En dos evangelios de esta semana Jesús dice: Que sea tal y como has creído”... Nuestra fe, misteriosamente, condiciona lo que Dios nos puede dar.

 

Los cristianos, levadura en medio de la pasta estamos llamados a ir haciendo que todo esto cambie. Y pienso que esta jaculatoria “Venid, Señor Jesús” ¡tiene una fuerza indescriptible!

 

Pasemos al evangelio,  donde contemplamos a Juan Bautista que prepara al Pueblo de Israel para acoger el Mesías. Por tanto, nos prepara a nosotros para acoger a Jesús que viene a nosotros.

 

¿Y qué propone Juan Bautista?, “predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados… confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán”.

 

Si traducimos esta expresión “se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados” a categorías cristianas, todos tenemos claro que se nos habla del  Sacramento de la Reconciliación.

 

Durante el tiempo de Adviento se nos dice que “hemos de abrir una ruta”, “que hemos de allanar el camino”, “que hemos de quitar obstáculos”... Una muy buena manera de hacer esto es con el sacramento de la reconciliación. Así estamos haciendo lo que decíamos al principio: preparar el camino al Señor, para poder vivir con él un nuevo encuentro.

 

Desde hace muchos meses estamos todos utilizando el gel hidrológico, que nos limpia de los virus. Pues, tenemos “un gel” que nos limpia del pecado, que es la confesión, y que también se puede hacer servir con mucha frecuencia, y sólo una vez o dos al año... ¡¡Y es muy fácil de “utilizar”!!

 

Aunque ahora no me pueda poner en el confesionario, no perdamos la práctica de este importantísimo sacramento. Tenéis carteles explicativos de cómo podemos contactar para la confesión.

 

Acojamos el grito de San Juan Bautista: Bautismo de conversión”, “perdón de los pecados”. Así exhortaba él para acoger al Mesías. Así nos propone la Iglesia acoger al Mesías.

 

Preparemos el camino, que no se nos caiga de la boca la jaculatoria: “Venid, Señor Jesús”.









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