CAMINEO.INFO.-Madrid/ESPAÑA.- El Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, intervino el pasado domingo, 11 de septiembre, en el informativo diocesano de la Cadena COPE. En sus declaraciones, reconoció que “los ecos de la JMJ siguen vivos” y que “han tenido, incluso, repercusiones en la vida pública española”.
Así, recordó que la JMJ fue seleccionada como candidata al Premio de la Concordia de la Fundación Príncipe de Asturias, y destacó que “refleja lo que muchísima gente te cuenta y te explica a lo largo y ancho de la geografía española y más allá de las fronteras de España de lo que significó esa experiencia humana honda, densa, donde las palabras alegría, generosidad, espíritu de servicio o solidaridad, se pusieron muy claramente de manifiesto”.
Según señaló, “todo eso tiene una explicación de fondo, que es lo que, en sí mismo, era la JMJ: un encuentro de toda la iglesia con sus jóvenes convocados por el Papa para decirle sí a Cristo”. Por ello, “lo importante en la JMJ era no perder de vista dónde estaba la fuente de todo lo que se vivió, de todo lo que se ofreció y de todo lo que repercutió en la opinión pública y que quedará en el recuerdo de tantos y tantas que lo han vivido en directo como protagonistas, pero también las personas mayores y las familias”.
En cuanto a lo que significó el viaje del Papa, subrayó que “la hondura de lo que se vivió fue grande y muchas vidas de los jóvenes se encontraron frente a frente con el Señor y hasta lo más intimo de sus almas, de sus inquietudes, de sus grandes interrogantes y de la necesidad de encontrar la respuesta en Él”. Así, “las noticias de conversiones en este gran encuentro con el Señor, sobre todo si se viene de la indiferencia, del abandono de la vida religiosa o de situaciones y ámbitos hostiles; además de esas grandes conversiones, es evidente que muchos han encontrado ya el camino claro de su vida, la dirección clara que tienen que tomar a la hora de responder al Señor”.
Para el Cardenal, se trata de conversiones “que se aclaran”, pero también de “descubrir a personas que el Señor te ha puesto delante de tu vida para que la quieras y emprendas con ellas el camino del matrimonio cristiano. Se han dado y se darán a lo largo de estos meses”. La homilía del Papa en la Misa del domingo fue, dijo, “uno de los momentos del magisterio de Benedicto XVI más hermosos de la JMJ, en la que el Evangelio del sí de Pedro a Cristo resonó como una invitación a todos los jóvenes a hacer lo mismo con el sí de Pedro y en la comunión de todos los discípulos del Señor”.
Por último, agradeció a “muchísimas familias de Madrid y de fuera, su espíritu de acogida a los jóvenes los días previos y la semana de la JMJ”. “A la familia hay que cuidarla muchísimo; pertenece a la esencia misma de la configuración del tejido de la realidad humana más fundamental y más esencial. La Iglesia es, en alguna de sus descripciones o de sus caracterizaciones que vienen del nuevo Testamento, que se entreteje de las familias, que se unen en matrimonio para vivir el misterio de la unión de Cristo con su Iglesia, esa unión esponsal que hace fecunda la vida espiritual y la vida que salva al hombre y que, por supuesto, hace de la familia un instrumento esencial de evangelización”, concluyó.