El cardenal arzobispo de Madrid prepara ya el plan pastoral del próximo curso, dedicado a la Iglesia y la nueva evangelización

Madrid/ESPAÑA.- Los augures que siguen la vida de la Iglesia desde una perspectiva política y escasamente eclesial, vienen prediciendo desde hace tiempo un relevo en el diócesis de Madrid, basado en la edad reglamentaria fijada canónicamente para la renuncia del titular del arzobispado, es decir, del Cardenal Antonio María Rouco Varela.

En su día, efectivamente, el cardenal cumplió con el trámite reglamentario cuando cumplió los 75 años, bajo el pontificado de Benedicto XVI, el 20 de agosto de 2011. Pensaban los augures que con la llegada del Papa Francisco, los días del cardenal al frente de la diócesis estaban contados y que el relevo sería inminente. Aunque ha pasado ya un más de un año de este histórico acontecimiento, el Papa no solo no ha aceptado la renuncia del cardenal, a quien recibió semanas atrás en la visita “ad limina apostolorum”, sino que no ha tomado todavía ninguna decisión al respecto. Los tiempos de la Iglesia, obviamente, no son los tiempos de quienes viven con la mente puesta en la burocracia, que tan escasa gracia hace al propio Papa Francisco, antes que en la misión apostólica de la Iglesia.

Así, con ocasión de la reciente elección de nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española, una vez cumplidos los mandatos asumidos por el Cardenal Rouco, los augures renovaron sus acometidas contra el titular de la diócesis madrileña al que suelen acusar de “conservador” en función de su permanente defensa de la vida y de la dignidad humana, así como de la familia cristiana. Incluso elevaron el tono de las críticas al Cardenal con ocasión del funeral que presidió por el eterno descanso de Adolfo Suarez, en la que elogió el empeño puesto, desde su perspectiva de creyente, por el que fuera primer presidente de la democracia al haber hecho posible la concordia pata que no se repitieran las causas que originaron la guerra civil,.

El caso es que monseñor Rouco Varela, al que días atrás se le concedió la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid en reconocimiento de su labor pastoral e intelectual al frente de la diócesis, lejos de acomodarse a una espera tranquila de su relevo, se dedica estos días a preparar su plan pastoral para el próximo curso que estará esencialmente dedicado a la Iglesia en el marco de la nueva evangelización, en plena sintonía con el Papa Francisco. ¿Será criticado por ello? En realidad, al Cardenal Rouco, que pronto cumplirá veinte años como arzobispo de Madrid, no le han preocupado nunca las críticas por la sencilla razón de que siempre se ha sentido y se siente, pastor de todos los madrileños, incluidos los que le han acompañado con su incomprensión a lo largo de estos cinco lustros en los que lleva el peso de la diócesis a la que se entregó por entero desde el primer día.